Albur

Sonriendo despertó

 

 

Yo soy el cruel espantapájaros bandido/
Porque en el viejo hospital de los muñecos/
No atienden espantapájaros/
Y la puta hada protectora nunca se me va a aparecer/

No lo ataque durmiendo, él aceptó/
y se aculilló, y se cayó/
de ahí la pierna en tres partes astillada. En dos./
Con su vieja ciencia/
el viejo cirujano no sabía/
que a los muñecos ahora los hacen con rodillas./
La nariz hecha pedazos sí fue mi culpa/

Yo soy el cruel espantapájaros bandido/
Creo que cruel sí pero bandido no/
y es que nadie, menos los bandidos/
tienen a quién pedir prestado un corazón.

 

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